Monday, November 27, 2006
EL NACIMIENTO DE JESUS
El evangelio de San Lucas 2, 6-8 nos cuenta que mientras estaban en Belén llegó para María el momento del parto y dio a luz su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y no acostó en el pesebre, pués no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.
Este misterio se realizó de noche porque era un momento más simbólico. Fue este período que Dios eligió para el nacimiento de su Unigénito que debía surgir en el silencio, desconocido para la gran mayoría de los hombres. Esta revelación seguiría los lentos ritmos de la naturaleza creada como la suavidad con que nace el sol. Solamente por efecto de la gracia se podía adorar al Salvador tendido el las ásperas pajas del pesebre, entre un buey y un burro.
En ese pueblo y en ese momento toda la gente dormía tranquilamente y la quietud de la naturaleza se extendía como un manto verde por toda la región. La historia nos cuenta que bajo el frío del invierno las estrellas brillaban en el cielo azul y los pastores guardaban las ovejas en el redil. Tan solo María y José con los ángeles adoraban al Niño Dios recién nacido y en este sencillo y humilde pesebre se daba inició a una nueva era.
Aquella noche fue de un gran acontecimiento donde se unieron las dos naturalezas, una creada y la otra Divina y se hacía realidad ante los ojos humanos, pero solamente a Dios le pertenecían las cualidades para entender semejante misterio.
Para entender lo más profundo de este misterio es preciso dejar que el tiempo corra, nada sucede en la vida sin que haya un proceso con motivos que nuestra razón no alcanza por si sola a comprender, para, esto es necesaria la gracia Divina.
Actualmente vivimos una noche más fría y más dura, más injusta, más cruel, incluso las estrellas que brillan en el cielo hayan desaparecido, entonces nos podemos preguntar ¿Habrá llegado a su fin los efectos del nacimiento del Hijo de Dios? Acerquémonos al Niño Dios en la noche de Navidad, Ofrezcámosle por manos de Maria y de José. Nuestra fe y esperanza para que termine la delincuencia, los robos, la injusticia social, y para que el mundo se transforme en un Reino Glorioso
FIN
Este misterio se realizó de noche porque era un momento más simbólico. Fue este período que Dios eligió para el nacimiento de su Unigénito que debía surgir en el silencio, desconocido para la gran mayoría de los hombres. Esta revelación seguiría los lentos ritmos de la naturaleza creada como la suavidad con que nace el sol. Solamente por efecto de la gracia se podía adorar al Salvador tendido el las ásperas pajas del pesebre, entre un buey y un burro.
En ese pueblo y en ese momento toda la gente dormía tranquilamente y la quietud de la naturaleza se extendía como un manto verde por toda la región. La historia nos cuenta que bajo el frío del invierno las estrellas brillaban en el cielo azul y los pastores guardaban las ovejas en el redil. Tan solo María y José con los ángeles adoraban al Niño Dios recién nacido y en este sencillo y humilde pesebre se daba inició a una nueva era.
Aquella noche fue de un gran acontecimiento donde se unieron las dos naturalezas, una creada y la otra Divina y se hacía realidad ante los ojos humanos, pero solamente a Dios le pertenecían las cualidades para entender semejante misterio.
Para entender lo más profundo de este misterio es preciso dejar que el tiempo corra, nada sucede en la vida sin que haya un proceso con motivos que nuestra razón no alcanza por si sola a comprender, para, esto es necesaria la gracia Divina.
Actualmente vivimos una noche más fría y más dura, más injusta, más cruel, incluso las estrellas que brillan en el cielo hayan desaparecido, entonces nos podemos preguntar ¿Habrá llegado a su fin los efectos del nacimiento del Hijo de Dios? Acerquémonos al Niño Dios en la noche de Navidad, Ofrezcámosle por manos de Maria y de José. Nuestra fe y esperanza para que termine la delincuencia, los robos, la injusticia social, y para que el mundo se transforme en un Reino Glorioso
FIN
# posted by Diario Madre Socorro @ 11:08 AM 
